Comprensión lectora
CUCO O CONDENADO: LAS OBRAS LITERARIAS
El presente documento de trabajo no es un antídoto que va a solucionar los pequeños grandes problemas que se tiene en un salón de clases. Son remedios caseros, que ayudarán a desterrar al supuesto cuco, condenado o alergia llamada “obra literaria”. Ello será un proceso que requerirá esfuerzo desmedido de parte del docente, apoyo incesante del padre de familia y la persistencia del estudiante.
Consideramos previas a) Todos los estudiantes no tienen el mismo nivel de comprensión lectora, existen diversos niveles de aprendizaje significativo. Unos asimilan rápido, otros lo hacen en forma regular, otros tienen dificultades para comprender lo que leen. b) No todos los estudiantes gustan de los mismos temas sugeridos para leer, existen diversas preferencias. c) No todos los alumnos tienen los mismos tiempos disponibles. Algunos tienen todas las comodidades terrenales, otros no la tienen. Por ello, se debe tener en consideración esa variable. d) El aspecto económico influye en el acceso a la obra literaria. Para ello deberá tomarse en consideración el nivel económico del padre de familia. Si hubiera dificultades para adquirir las obras literarias, se sugiere implementar la biblioteca del salón y/o de la institución educativa, la misma que se puede implementar a través de colectas públicas, de donaciones… Hábitos de lectura Existen tres tipos de lectores a) Buen lector. Éste se subdivide en excelente, muy bueno y buen lector. b) Lector regular. Éste se subdivide en el lector que se esfuerza y el que cumple “por cumplir”. c) Lector “alérgico”. Son los lectores que le tienen “fobia” a la lectura; son los que no han logrado los aprendizajes mínimos. En todo salón se encuentran los tres tipos de lectores, siendo mayoritario la presencia de los lectores “alérgicos”; luego se encuentran los lectores “regulares”, y en una cantidad reducida, se hallan los buenos lectores. Las obras literarias serán leídas en casa, lo ideal sería que el padre de familia acompañe a su hijo. Previamente, él deberá de leer la obra, para así cerciorarse de los avances o dificultades de su vástago. De ocurrir ello, se garantiza el aprendizaje del estudiante, ya que el alumno no podrá mentir a su padre, en la medida que él ya ha leído. Si el padre ha garantizado la lectura y comprensión de la obra literaria, el docente ratificará todo ello. Así se habrá dado un salto cualitativo. | Niveles de dificultad Se recomienda que los docentes inicien su trabajo con lecturas cortas. Un párrafo, con tres o cinco oraciones gramaticales. Nada más. Allí el docente ejercitará el reconocimiento de las ideas principales, de las ideas secundarias. Una vez que se domine esta técnica se pasa a la siguiente fase. En la segunda etapa, se aumentará la cantidad de párrafos, pero siempre con textos “digeribles”, que pertenezca a su realidad objetiva inmediata. En la fase siguiente, se irá agregando los niveles de dificultad, siempre buscando identificar las ideas principales; hallando el significado de las palabras desconocidas. Si alguna oración gramatical no es “digerible”, deberá de ayudársele. Se llegará a textos en prosa, de una página, de dos… En los momentos señalados, el docente podrá aplicar una serie de comprobaciones (ejercicios de reconocimiento de las ideas principales, el uso de los organizadores visuales…). Según el grado de estudio, el docente podrá graduar el nivel de exigencia. Por ejemplo, para los primeros grados, se enfatizará en las lecturas cortas, de pocas páginas. Para los últimos grados, se podrá pedir novelas cortas o largas, según el nivel de avance del estudiante, pero, reiteramos, se deberá tener en cuenta el nivel de aprendizaje de cada estudiante, y del salón. ¿Cómo evaluarse? Supongamos que una obra literaria es una película. Al término de la exhibición, el alumno recuerda lo principal de la película: los personajes, lugares, tiempos, acciones fundamentales, etc. Lo relata con sus propias palabras, sin recurrir a la “memoria mecánica”. Lo mismo sucede con la obra literaria, al término de la lectura y de su comprensión, sabemos el inicio, el nudo, el desenlace. El protagonista, el antagonista, los escenarios, etc. En otras palabras, el docente podrá evaluar cualquier parte de la obra, que sea de preferencia una escena vital. Incluso, el docente puede falsear el hecho, si el estudiante reconoce el error, estaremos ratificando que dicho alumno ha leído y comprendido la obra. El docente deberá de avisar, con antelación, la fecha de evaluación obligatoria por cada unidad. La suma de dos unidades, nos dará el total del puntaje de obras leídas por el estudiante. |
El docente fijará la cantidad de puntos que leerá el salón, por cada unidad. Reducida será la cantidad en los primeros grados; pudiendo llegar a los treinta puntos, por un bimestre, en los últimos grados. La dosificación lo hará cada docente, según su realidad inmediata. Supongamos que el docente dice 20 puntos en todo el bimestre, eso quiere decir que el alumno puede leer una obra de veinte puntos; o dos de ocho, más cuatro cuentos (cada uno vale un punto), la suma total me da veinte puntos. ¿Qué libros leerá el alumno? Los alumnos escogerán, previamente el docente aplicará la técnica del “cuenta cuentos”, es decir relatará a grandes rasgos lo que trata el cuento o la novela, si es de terror, de acción, romántica, o si es un drama. En la parte principal del relato, lo “dejará ahí”, es decir, los estudiantes querrán saber el desenlace, si ustedes quieren saber, lean la obra…. Ahí se ha formado un puente comunicacional. Con antelación, el profesor deberá de confeccionar la lista de obras literarias y no literarias, señalando las pautas fundamentales, las mismas que serán impresas y distribuidas a cada alumno. Dicho texto será adherido al cuaderno de comunicación. Los veinte puntos es lo mínimo que exige el docente, en forma obligatoria. Si el alumno lee más de 20 puntos, por ejemplo 35 puntos, se le elevará los promedios en la habilidad de comprensión lectora, o capacidad afín. Es posible que se encuentren alumnos que lean el doble o el triple de lo pedido, a ellos se les debe estimular de diversas formas, porque están surgiendo lectores líderes, los mismos que van a influir positivamente en la comunidad educativa. Supongamos que el alumno ha leído Danny, el campeón del mundo; dicha obra vale 20 puntos, y el docente le ha formulado seis preguntas, de las cuales el estudiante ha acertado tres, una que está dudando, y dos malas, su nota será entre 11 ó trece. Si ha respondido cuatro malas, se le pone un punto en el registro, se le da una nueva oportunidad, en una fecha no alejada. Al ser llamado por segunda vez, se le colocará la nota que se merece, no habrá una tercera oportunidad. Al final de cada bimestre, en la libreta de evaluaciones se anotará si ha leído o no, u otras observaciones. Se recomienda hablar con cada padre de familia, en el día de la entrega de libretas, señalando las dificultades o logros que tiene su menor hijo. | Riesgos que deben de evitarse Libros piratas. Existen libros que no son ninguna garantía al momento de leerse, por ejemplo: la novela Corazón de Edmundo D´Amicis tiene más de 200 páginas, pero algunos comerciantes venden dicho libro a un sol, pero que tiene menos de 80 páginas, con letras grandes e ilustraciones. Algunos comerciantes extraen pedazos de los capítulos y luego lo juntan, para convertirlo en una “novela completa”, como el caso de Oliver Twist. Otros comerciantes, copian como sea el libro, lo cual no garantiza una adecuada lectura, menos una compresión del texto leído. Otros mercaderes, realizan un “resumen” de la obra literaria; lo cual tampoco asegura que el texto literario sea integral. Es necesario explicar a los padres de familia que los libros confiables son los que cuentan con editorial, año de edición, lugar, con prólogo o introducción. Para ello deberá de consultarse a los profesores del área de Comunicación, qué editoriales son confiables. Por ejemplo, son confiables las editoriales: Oveja negra, Ateneo, Lozada, Norma, Fondo de Cultura Económica, San Marcos, Alfaguara… Internet. En internet, se encuentran resúmenes, críticas de las obras literarias, e incluso algunas obras literarias. Algunas de ellas no guardan el rigor académico mínimo, por ende, podrían distorsionar el aprendizaje. Los profesores deben tener en consideración la ley del menor esfuerzo, promulgada por algunos de sus alumnos. Películas. Existen adaptaciones de obras literarias llevadas al cine, a la televisión, las mismas que no guardan equivalencia. Por ejemplo, el cuento Gallinazos sin plumas de Julio Ramón Ribeyro ha sido llevado al cine, pero el protagonista es una mujer; en la obra literaria es un varón. Otra diferencia sustancial: en la película afirma que ha muerto la abuela; en la obra literaria no se sabe qué pasó con el abuelo. En síntesis, debe preferirse la lectura y comprensión de la obra literaria a la adaptación. Existen obras literarias que no se pueden encontrar fácilmente en las librerías, porque se han agotado o por otras razones. En estos casos, sí se pueden utilizar las adaptaciones de películas. Por ejemplo, el cuento Martín, el zapatero; de León Tolstoi. O El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, con la actuación de Mario Moreno Cantinflas. |
El factor docente. Si el profesor no ha leído ni ha comprendido la obra, no podrá evaluar objetivamente al alumno, ya que cualquier respuesta podrá considerarse como válida. Y ello, distorsionará el objetivo principal. El éxito de la propuesta radica en la honestidad del docente, si ha leído pocas obras, sólo evaluará ellas; conforme pasan las unidades, se podrán incrementar los textos literarios. Temáticas variadas Nuestra propuesta tiene obras de aventura, de terror, de fantasía. Tiene textos tacneños, peruanos, hispanoamericanos, mundiales. Parte de textos breves, como los cuentos, hasta llegar a la novela corta o la novela extensa. Se recomienda que los cuentos cortos sean leídos por los estudiantes “alérgicos” a la lectura. Si se escoge la otra vía, que lean novelas, la alergia será permanente. | Técnica lineal La gran mayoría de los títulos de las obras literarias sugeridas tienen la técnica lineal, es decir, comienza en A, sigue en B, C, D, y concluye en Z. Los textos literarios no tienen técnicas complejas, menos utilizan un lenguaje “cultista” o “complicado”. Existen textos en prosa que no tienen un final, como en los cuentos de “Paco Yunque”, o “Gallinazos sin plumas”. La antología propuesta es de fácil asimilación. Cada columna se inicia con los apellidos del autor, luego va el título de la obra literaria, y al final, entre paréntesis se encuentra el valor nominal de la obra. |
AUTOR, OBRA LITERARIA Y PUNTAJE | |
Alegría, Ciro: Los perros hambrientos (15) Allan Poe, Edgar: El gato negro (7) Allan Poe, Edgar: Las aventuras de Arthur Gordom Pym (6) Amicis, Edmundo D´: Corazón (30) Anónimo: Ollantay (6) Arguedas, José María: El achiquee (1) Arguedas, José María: El joven que subió al cielo (1) Arguedas, José María: El lagarto (1) Arguedas, José María: El sueño del pongo (1) Arguedas, José María: La amante de la culebra (1) Arguedas, José María: Warma Kuyay (1) Barreto Bustíos, Federico: La procesión de la bandera (1) Barrionuevo, Alfonsina: El capitán Pelícano (2) Barrios, Eduardo: El niño que enloqueció de amor (6) Bedoya, Rosa María: El capitán Fush (2) Berocay, Roy: Babú (2) Bradbury, Ray: Fahrenheit 451 (15) Bradbury, Ray: Hielo y fuego (6) Brozon, M. B.: Historia sobre un corazón roto y tal vez un par de colmillos (15) Cameron, Ann: El lugar más bonito del mundo (2) Camino Calderón, Carlos: La familia Pichilín (1) Congrains Martín, Enrique: El niño de junto al cielo (1) Cornejo, Diana: Hay espacio para todos (3) Dahl, Roald: La maravillosa medicina de Jorge (2) Dahl, Roald: Danny el campeón del mundo (20) Dahl, Roald: Matilda (20) Damjan, Mischa: El mago de Sacramento (6) Dickens, Charles: Canción de Navidad (6) Dickens, Charles: Oliver Twist (30) Diez Canseco, José: El trompo (1) Ernesto A. Rivas, Ernesto A: La doncella y el niño (1) Eslava, Jorge: La loca de las bolsas (4) Eslava, Jorge: Templado (8) Faulkner, William: El árbol de los deseos (6) Frabetti, Carlos: Malditas Matemáticas (15) García Márquez, Gabriel: El coronel no tiene quien le escriba (4) Garrido, María Teresa: Bernardo el ermitaño (6) Garrido Lecca, Hernán: El secreto de las islas de Pachacamac (2) Garrido Leca, Hernán: La vicuña de ocho patas (2) Gisbert, Joan Manuel: El talismán que vino por el aire (3) Gonzáles Prada, Manuel: Mi amigo Braulio (1) Hartling, Peter: Ben quiere a Anna (2) Heredia, María Fernanda: Amigo se escribe con H (3) Heredia, María Fernanda: Hay palabras que los peces no entienden (6) Izquierdo Ríos, Francisco: El bagrecico (1) Kafka, Franz: La metamorfosis (8) Kordon, Klaus: Viaje a la isla de los milagros (6) Kurtz, Carmen: Color de fuego (6) Kurtz, Carmen: Querido Tim (12) | Linares. Verónica: Clemencia, la vaca que quería ser blanca (1) López Albújar, Enrique: El hombre de la bandera (1) López Albújar, Enrique: Matalaché (10) Maar, Paul: El canguro aprende a volar (2) Machado, Ana María: De carta en carta (3) Martí, José: El camarón encantado (1) Martí, José: Los dos ruiseñores (1) Martí, José: Meñique (2) Maurois, André: El país de la real gana (3) Mejía, José Luis: Cuídate, Claudia cuando estés conmigo (20) Méndez, Mario: El monstruo del arroyo (3) Muñoz Martín, Juan: Fray Perico y su borrico (12) Nostlinger, Christine: Franz se mete en problemas de amor (2) Nostlinger, Christine: Guillermo y el miedo (2) Nostlinger, Christine: Las enfermedades de Franz (2) Pelayo, Pepe: El chupacabras de Pirque (6) Pescetti, Luis María: Natacha (2) Quiroga, Horacio: Cuentos de amor, de locura y esperanza (8) Quiroga, Horacio: La gamita ciega (1) Quiroga, Horacio: La tortuga gigante (1) Reyes, Yolanda. El terror del sexto B (2) Ribeyro, Julio Ramón: Al pie del acantilado (1) Ribeyro, Julio Ramón: Alienación (1) Ribeyro, Julio Ramón: El banquete (1) Ribeyro, Julio Ramón: Gallinazos sin plumas (1) Ribeyro, Julio Ramón: La insignia (1) Roncagliolo, Santiago: Rugor, el dragón enamorado (3) Rosero, Evelio José: Cuchilla (3) Saint Exupery, Antoine: El Principito (4) Santa Ana, Antonio: Los ojos del perro siberiano (3) Scieszka, Jon: Tut Tut (3) Sepúlveda, Luis: Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (4) Sófocles: Edipo Rey (5) Stine, R. L.: El pequeño vampiro (8) Tejo, Heriberto: Mi amigo el glumpo (2) Torres, Marcos: El cuy valiente (2) Valdelomar, Abraham: El caballero Carmelo (1) Valdelomar, Abraham: El vuelo de los cóndores (1) Vallejo Mendoza, César: Paco Yunque (2) Vargas Llosa, Mario: Los cachorros (6) Vasconcelos, José Mauro de: Corazón de vidrio (6) Vasconcelos, José Mauro de: El palacio japonés (12) Vasconcelos, José Mauro de: El velero de cristal (3) Vasconcelos, José Mauro de: Mi planta de naranja lima (30) Vasconcelos, José Mauro de: Rosinha, mi canoa (30) Vasconcelos, José Mauro de: Vamos a calentar el sol (30) Verne, Julio: Viaje al centro de la tierra (12) Wilde, Oscar: El retrato de Dorian Grey (15) |
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